Querida
Valentina, una parte de mí se moría por escribirte estas líneas, para ello
decidí comenzar la presente colocando tu nombre y mi sentir hacia ti, ya que te
sorprendería el interés que despierta en las personas los escándalos religiosos
y todo lo que suene como materia para hacer comentarios acusadores y
degenerativos de alguien que esté en el duro camino de la alegría de Dios.
He estado
dedicando varios momentos de mis días a pensar en ti y eso me está preocupando,
pues una parte de mi pareciera sentirse atraída y alegre por tu aparición
repentina, pero otra parte se siente algo inquieta de observar mi entorno y
saber que en días venideros lo compartiré contigo. Las cosas por aquí están
algo difíciles no te lo negaré, en los periódicos se lee infinidades de
crueldades, de injusticias, de manipulaciones y vicios humanos que se
superponen a justamente eso, al ser humanos. Es todo un caos y una enorme
confusión, las personas no tienen ni idea de que es lo que quieren ni cómo
obtenerlo, se llenan con cosas pasajeras y una vez que las obtienen se sienten
vacios, muchos ya no saben qué sentido tiene vivir, la vida pareciera ser un ligero
momento que se puede hacer duradero haciendo caso omiso de las necesidades del
mundo, suprimiéndolas por la satisfacción de la necesidad individual que en ese
momento sobrevenga.
El poder está
de moda (bueno, creo siempre lo ha estado), por aquí el deseo de obtener poder
ha traído grandes problemas los últimos días, pues desde Asía se propone lo que
sería una guerra de categorías bíblicas, que de llegar a realizarse daría a la
muerte la tarea de pasar su mano sobre inocentes que siguen ordenes de
corazones obstinados y ambiciosos. Es que por estos lares la palabra “patria”
sirve para derramar sangre, manipular al débil, negociar con poderosos lo que
nos pertenece a todos y darle un sentido positivo a la estupidez humana.
Es conveniente
decir que en Venezuela las cosas no son muy distintas al resto del mundo, aquí
los zorros y los chacales se pelean el poder, prometen y se colocan mascaras
tras mascaras para ser los amantes de la vanagloria, cada quien tiene su ejército
propio, cada cual un plan de ataque distinto, en las calles me he topado en más
de una ocasión a la muerte trabajando horas extras, y en los supermercados el
reflejo del egoísmo humano.
Las personas
buscan desesperadamente soluciones rápidas y eficaces a tanto ruido, el placer
sirve como antídoto accesible para ello, por lo que lo sexual termina dictando
muchas acciones, pensamientos y sentimientos humanos, ya no importa tanto el
otro, sino la satisfacción personal, ya no importa la alegría de bailar y
compartir, sino la de disimular el sexo bien vestido y parafrasear infinidad de
tonterías para congeniar con el otro, ya no se plantea la ley de los contrarios
en las personas sino que ahora se lucha porque se legalicen uniones entre el
mismo sexo, y es tener el cerebro en el Medioevo atreverte a no aceptar que sea
un sacramento de la Iglesia también. La tecnología crece y con ella la
confusión, las personas se desesperan en tener lo último para sobresalir o solo
por tenerlo, el aire huele a muerte y respirarlo mucho te puede contagiar de
algo grave, la psicología le coloca nombres a todo para que las personas no se
asusten, hoy existen infinidades de dioses que atienden a las necesidades de
cada quien, están los que hablan de amor pero rechazan a sus madres, los que
hablan de vida pero exigen animales muertos, los que hablan de igualdad pero
condenan a algunos, los que se llaman creadores pero a cada momento avecinan un
final caótico y apocalíptico etc. etc. etc. Te juro que en muchos de ellos veo
más interpretación humana que existencia divina. A fin de cuentas todos tenemos
un Dios a quien dirigimos nuestras oraciones, incluso los que se niegan a
aceptarlo. Si Valentina, cada vez son más los que dicen que todo cuanto existe
es una enorme casualidad, tan enredada que el ser humano tuvo que inventarse
Dioses para darle una explicación, en fin, teorías van y teorías vienen porque “somos
seres racionales y evolucionados, diferentes a los animales”. Pobres animales.
Pues bien,
este es el complicado panorama de lo que te espera, un mundo convulsionado,
lleno de países convulsionados, con varios líderes ambiciosos y mentes
confundidas, sin sentido ni dirección, con muchos Dioses o sin Dios, con un
planeta lacerado que resuena desde sus entrañas su dolor a cada momento, con un
futuro incierto pero que cada día apunta más y más a un cambio tan radical y
contundente que muy pocos podrían lograrlo.
He pedido a mi
Dios, al Dios en el que creo y decidí creer luego de conocer a los otros, que
envíe ayuda, que envíe auxilios para enderezar el camino, pues en mi espalda
cargo parte de este mundo también y me resulta muy doloroso y cuesta arriba
desprenderme de todo cuanto he conocido desde hace 24 años, pero de pronto supe
que venías y con ello se iluminó mi esperanza, porque sé que eres la ayuda que
tanto pedimos desde aquí, pues existe en tu vida una posibilidad única y maravillosa
de cambiar al mundo desde la grandeza de lo poco que nos permite Dios, podrías
ser una gran doctora, ilustre empresaria, una amorosa madre, una valiente
defensora de derechos humanos, una fomentadora de valores, una brisa suave por
la tarde que llene de paz a alguien, puedes y eres la esperanza de un mundo
convulsionado, pues ante toda oposición Dios te ha susurrado al oído desde su
seno… Vive Valentina y “ayúdame a ayudar a tus hermanos” que se olvidan de mí
cada día más y del mensaje único que en todas formas, religiones, colores y
culturas he intentado transmitirles… Ámense
los unos a los otros como yo les amo….
Te doy las
Gracias porque sin haber nacido ya estás cumpliendo tu labor, mantienes en
ilusión y esperanza a tus padres y familiares, colocaste a tu madre en sintonía
con tu creador y me regalaste a mí la inspiración necesaria para reflexionar
sobre lo maravilloso que es estar vivo, aun en medio de las dificultades y
convulsiones que grato es poder mirar al cielo, cerrar los ojos, sonreír y
agradecer por todo cuanto tenemos para enmendar cualquier error cometido.
Si te
esfuerzas en ser lo que Dios quiere que seas, en crecer en el amor en el que te
envió y en cultivar cada día nuevas formas de amar y de transmitir tu sentir,
te prometo que aunque muchas veces caigas siempre podrás ver la mano de Papa
Dios tendida para ti, que hoy en día muchos en el mundo ya no ven.
Ahorita eres
muy pequeña, bueno ni siquiera has nacido como para entender esto, pero
precisamente escribo para cuando crezcas y el mundo te haga olvidar que eres y
a dónde vas…
Quien te quiere desde
la lejanía…. Ricardo
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